(31 de diciembre del 2008).
Aún no ha terminado el sufrimiento de todo lo que lleva la muerte de un ser tan querido, hoy teníamos que ir a recoger las cenizas de mi madre, 31 de diciembre, Nochevieja….
Aún no ha terminado el sufrimiento de todo lo que lleva la muerte de un ser tan querido, hoy teníamos que ir a recoger las cenizas de mi madre, 31 de diciembre, Nochevieja….
Nunca me han gustado las navidades, solo cuando era pequeña, pero ahora me gusta muchísimo menos, por no decir nada, para mi las navidades se acabaron.
Fuimos al cementerio, mi padre, mi hermano, mi marido, y yo, a por sus cenizas, mi madre pidió incineración, ella decía que por favor no la metiéramos en un nicho en día que muriera, no quería estar con tanta oscuridad, que ella ha estado muchos años ciega y en sillas de ruedas , y una vez muerta quería ver y andar, también nos pedía, que la lleváramos cerca de sus padres, también fallecidos, a su pueblo, a Antequera, así se hizo, se cumplió su voluntad.
Llegamos a un sitio precioso, al lado de donde están enterrados sus padres, y allí esparcimos sus cenizas, con la brisa que hacia en ese momento, enseguida se volaron, siempre pienso que tenía prisa en ver a sus padres, y a mis angelitos, por eso voló tan rápido...Me consuela saber que ahora estarán todos juntitos y son muy felices…
Al regresar de nuevo a Málaga, cada uno, nos fuimos a nuestras casas, no había cena de familia, ni reunión, ninguno teníamos el cuerpo para celebraciones, y mucho menos si ya no estaba mi madre, que era nuestro pilar.
A las 9:30 de la noche, sin cenar, me metí en la cama, aunque no tenía sueño, sólo deseaba que pasara este día lo antes posible….
Cuando llego las 12 de la noche, escuchaba el televisor de mi vecina y la felicidad con sus familiares , ella aún no sabia nada de lo de mi madre, y en cada campanada se oía a los familiares de contar las uvas, muchas risas de felicidad de estar todos reunidos, con cada campanada comían las uvas, y yo con cada campanada era echar más lágrimas, fue muy duro, por mi mente paso muchas vivencias en 5 segundos, todos los momentos inolvidables que habíamos pasado juntas, todas las navidades , la última Nochebuena, sus risas, sus aplausos cuando nos comíamos las uvas, cómo se tapaba los oídos al destapar el corcho a la vez que se reía, era todo recuerdos de ella.
Ha sido la navidad más triste de toda mi vida, y la más difícil de olvidar…
Te quiero mucho mamá.
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